martes, 23 de julio de 2013

La liebre de los ojos de ámbar, de Edmund De Waal


La liebre... es la historia de una familia, de origen judío, a lo largo de los siglos XIX y XX en Europa.

Es una obra que elegimos en la tertulia literaria, por recomendación de Alice (artista del barro y  y para mi, esta novela, es la mirada asombrada de un artista a un pasado que quiere entender en su familia y en época... Por eso, la trama es muy lineal y le falta transmitir emociones, ese sentido de trascendencia en los grandes temas universales (amor, pasión, muerte, lucha...) que hacen de un libro, una obra literaria. Es una historia para transmitir a los tuyos, a los que te rodean , es una historia de un autor, de un creador, que se quiere explicar a si mismo... y, si bien está escrita con acierto, carece de la fuerza que hace que un libro nos emocione, que nos llegue dentro...

Lo más curioso e interesante del libro es la historia de los netsuke, unas pequeñas figuras japonesas de diferentes materiales, de barro, madera o marfil, a modo de botón, de la que la liebre es una de ellas y que sirven al autor como elemento literio de apoyo para contar la historia de su familia. Los netsuki existen y curiosamente son unos botones que cierran el bolsillo (la riñonera del kimono, para entendernos),  una vez más unas objetos que empezaron siendo algo útil y acabaron convirtiéndose en objeto artístico.

Esa escritura minuciosa, con mucha descripción de edificios, ciudades y arte, la utilización literaria de los netsuke... todo responde a la mirada de un gran ceramista, Edmund de Waal, el autor. Y si el libro no es trascendente aunque se lee bien, el cermista británico actual me parece un artista de categoría, innovador en las formas, heredero de la tradición japonesa de los mejores esmaltes y cuya obra espero ver la próxima vez que vaya a Londres.  


Cerámica con mayúsculas que más allá de la pieza individual se convierte en instalación artística... 
La conexión entre literatura y cerámica... contar historias a a través de diferentes materiales: el barro, la palabra, palabra que se hace música en la voz de Melody Gardot en Amalia, que recoge sonidos lisboetas que prometen...