domingo, 26 de agosto de 2012

El paraíso en la otra esquina, de Mario Vargas Llosa


¿Dónde está el paraíso?

Todos buscamos paraísos a lo largo de nuestras vidas. El paraiso como ese sitio, ese espacio en el que nos sentimos más cerca de la felicidad y en el que podemos ser nosotros mismos...

Y de eso trata esta novela de Vargas Llosa,  del deseo de llegar al Paraíso de dos seres lejanos en sus vidas y en sus deseos pero conectados por el parentesco y por ese mundo cambiante que supuso el siglo XIX. Son Flora Tristán, anarco-sindicalista, que hace de su vida una lucha por la justicia social en el incipiente mundo industrializado, y Paul Gaughin, ese impresionista francés, que buscó encauzar su arte en un sentido total, en las islas de los Mares del Sur.

Utopías, contradicciones, mundos cercanos, como la vieja Europa de finales de siglo, o geografías distantes, como Perú, Tahití o las Islas Marquesas.... El viaje y el destino como parte de la misma búsqueda interior, la búsqueda del paraíso personal; el mito de Itaca renovado, envuelto en la búsqueda de la justicia social y de la búsqueda artística. Al fin y al cabo, el sentido de la trascendencia de la propia vida, de la que son parte ambas, arte y justicia... Y, en medio de todo ello, personajes tremendamente humanos en su lucha citidiana, en su desesperación... Personajes que nos conmueven por lo que tienen de cecanos a nosotros mismos, por cómo gestionan sus deseos y sus frustraciones. No es esta la "gran novela" de don Mario, es la otra novela, que yo digo, de buena factura, de trama impecable pero a la que le falta un poco de la enorme fuerza narrativa de "La fiesta del chivo" o de "Conversaciones en la catedral"

Tenía esta novela guardada en un cajón desde que se publicó, ya hace unos años, en 2003, y ahora la rescato en un verano de tranquilidad y paz en el que su lectura me ha dado muchos buenos momentos junto a los pinos.... Tardes de literatura, charlas y largas nadadas, llenarse de energía y de luz para el otoño en estos últimos días de agosto que tiene ya una luz más brillante y unas tardes más cortas...final de verano.

¿Puede un cuadro o un momento cambiar nuestras vidas? Eso se pregunta Gaughin en un momento de la novela... Es un tópico muy literario y es indudable que hay experiencias que nos marcan pero también hay paraísos vitales de unos días, de unas semanas, a veces en veranos como este, en los que el entorno de crisis no ayuda, que nos dan la fuerza y la energía que necesitamos.... El paraíso está en la otra esquina, es breve, es muy fugaz, es un instante...

En este verano en que unos remontan dolores y ausencias del pasado, otros aceptan nuevos problemas, veranos en los que contamos con personas nuevas en nuestras vidas, que nos dan alegría y rodeados de pinos, montañas y mar, siempre, el mar. Hay paisajes que permanecen verano tras verano para que no se nos olvide que no somos apenas nada cuando miramos al cielo o cuando estamos frente al mar...



Es ese instante de Summertime, de Ella Fitzgerald en un verano lleno de azules...

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