domingo, 16 de diciembre de 2012

Cristo se detuvo en Éboli, de Carlo Levi

Una última lectura antes de terminar un año de blog,con casi 100 entradas distintas: un libro, una receta, siempre una canción y algún comentario personal ... Un año de amor, que versionaría Luz Casal demostrando que, además de una gran rockera tiene registro de baladista y hasta de cantante de boleros.

Una de las preguntas que a veces surgen...¿Cuántos libros leo en un año? Pues parece que unos 42 o 45... muchos domingos de reseña, una reflexión sobre lo leído y, a veces, la satisfacción de los comentarios de los otros.



En París, de trabajo y hace más de una semana, comencé "Cristo se detuvo en Éboli". Un gran libro para terminar un año de blog, para un año que acaba, para tener la oportunidad de pensar sobre la vida que pasa y sobre lo que nos pasa en la vida. Este libro está basado en la vida real del autor, Carlo Levi  (hermano de Primo Levi) que, represaliado por la Italia fascista de Mussolini, es condenado a exiliarse en un pueblo perdido del sur de Italia, Gagliano (en la zona de Lucania).

Un destierro interior en los años 30 en Italia...


Es un libro de alguien que tiene mucha paz en su vida, no es un libreo escrito desde la rabia del destierro sino desde la generosidad y el asombro de quien descubre, día a día, un mundo nuevo, con pocos prejuicios y mucha inteligencia emocional... El Carlo Levi que tiene que hacer de médico por obligación, el que se enfrenta a la vida rural, sin concesiones, el pintor que observa el entorno, el que es espectador asombrado de un mundo rural y fantástico (pero tan moderno como la literatura fantástica del boom hispanoamericano!!!)

Describe ese mundo rural italiano con toda su rudeza y toda su crudeza: infectados por el paludismo, dominados por el caciquismo, la gente vive en un entorno insalubre, inculto, lleno de prejuicios y con un sistema de castas muy acusado.  Campesinos que van a América y cambian de vida pero vuelven al pueblo y todo sigue, mujeres agotadas por el peso del agua, de los hijos y del campo, en definitiva, el peso de un destino del que parece imposible escapar. Sin embargo, es una descripción hecha desde el corazón y el cariño, sin el esnobismo del hombre de la ciudad, sin la lejanía de un narrador ajeno y omnisciente... Y es ese punto de vista del autor lo que hace de la novela una gran obra que merece la pena  porque nos transmite un enorme respecto por "los otros". Porque nos acerca a ellos, porque nos hace sentirnos parte de una cadena humana infinita...

"... aquella compasión, aquella resignada y solidaria paciencia secular era el profundo sentimiento común de los campesinos, vínculo no religioso, sino natural. Ellos no tenía, no podían tener lo que se suele llamar conciencia política, porque eran, en todos los sentidos del término, paganos, no ciudadanos..."

Es esa combinación entre el tono, nunca condescendiente ni paternalista pero siempre respetuoso, y la perspectiva narrativa de un autor asombrado e inteligente lo que nos mueve a la reflexión y a la comprensión.

En un mundo en el que damos mucha importancia a los hechos y a la velocidad de los mismos (y más aún en el siglo XX), a la política o al triunfo, Levi nos descubre algo más profundo y atávico en el hombre y en su relación con la tierra, somos tierra... el destino del hombre está por encima de ¿lo que llamamos civilización? Porque, realmente, la civilización es un hecho cultural  pero también Altamira lo fue y lo son otras muchas...

"La Virgen del rostro negro... no era la piadosa Madre de Dios, sino una divinidad subterránea, negra por las sombras del regazo de la tierra, una Perséfone campesina, una diosa infernal de las misas."

El autor nos obliga a reflexionar sobre la civilización moderna porque sólo perdura aquello que es común a todas las civilizaciones.

Los ojos con los que vemos el mundo, son los ojos de nuestras emociones y de nuestras ideas previas pero sólo el respeto ante lo diferente, solo la mirada asombrada de quien quiere entender sin prejuicios es lo que nos permite descifrar nuestra relación con el entorno en el que nos toca vivir.


Gracias a todos los que habéis leído, participado, comentado este blog!!!! 

Melody Gardot "La Chanson des Vieux Amants" (Jacques Brel) 

Arroz con pulpo y langostinos, low cost!


Un arrocito barato, rico y sabroso, aprovechando la receta que aprendí el lunes en el curso de cocina de Andrés Mariscal: "Cocina creativa para Navidad, low cost", en Kitchen Club! Gran curso-cena desgustación!

Adapto a mi manera, la receta de Madrigal... con arroz redondo, de gran calidad y con un suquet de pescado comprado... langostinos, pulpo, fondo para caldo de pescado congelados y comprados en tienda. Cocina sencilla y barata, buscando nuevos sabores... como dice aquella canción de mis recuerdos, Con las manos en la masa, del programa del mismo nombre, en versión de Joaquín Sabina y Vainica Doble...hay días de cocina de altura y hay días de cocina sencilla...


Ingredientes:

  • Una cola de pulpo cocido (congelada);
  •  1/2 paquete de langostinos congelados medianos;
  • cebolla picada (también congelada);
  • concentrado para caldo de pescado (congelado);
  • 1 taza generosa de arroz; (es arroz especial redondo, tarda 18 minutos en cocer)
  • 3 tazas de agua,
  • azafrán auténtico;
  • 2-3 ajos sin pelar;
  • 1 tomate;
  • cilantro y perejil;
  • sal y pimienta;
  • unas gotas de tabasco
En una cazuela se pone a sofreír el ajo y la cebolla a fuego lento que vaya pochando sin dorarse demasiado, se añade el tomate más triturado que cortado y, a continuación, se añade el arroz y se remueve todo para que se empapen los sabores. Se añaden las hebras de azafrán en el borde de la cazuela y se mueve bien todo. Entonces, se añade el preparado de caldo de pescado, el agua y se deja cocer a fuego fuerte al comienzo (y luego, a fuego medio). Yo añado colorante porque a mis hijos les gusta el amarillo fuerte del colorante "carmencita"... haha. 
Cuando se baja el fuego, se añaden los trocitos de pulpo (bien picados), las hierbas y los langostinos, casi al final.  Remover el arroz, se salpimenta, se añade agua si es necesario y unas gotas de tabasco....
Listo para servir y comer (se tarda media hora en hacerlo).
Y si tuviera que poner música a este plato, a este fin de semana, a estos sabores con unos sonidos que nos den sentido a las cosas y nos acompañen en estos días de diciembre, de un año que se acaba... hoy os pondría The long run, de Eagles porque es un largo camino, siempre es un largo camino....


Y con esta receta, me despido desde la cocina después de un año de blog, una receta cada semana (casi siempre)... recetas de diario, recetas de fiestas, recetas compartidas, migas, cocina tradicional.

"I used to hurry a lot, I used to worry a lot
I used to stay out till the break of day
Oh, that didn't get it,
It was high time I quit it
I just couldn't carry on that way
Oh, I did some damage, I know it's true ..."
(Eagles)

sábado, 24 de noviembre de 2012

El copartícipe secreto, de Josep Conrad

Un cuento corto, con una gran carga de profundidad...

Tenía esta novela guardada desde hacía unos años, creo que es la primera que me compré de editorial Atalanta cuando salió. Hay veces que los libros vienen a nosotros y este volvió a mi mesilla después de meses por las estanterías...


Es una obra breve pero del mejor Conrad en el que cuerpos y almas flotan esta vez no por el río sino por el mar y uno siente que flota en la vida, que todos flotamos mientras nos van pasando distintas cosas a lo largo de los días, las semanas...

Un capitán de barco novato e inseguro acoge a un polizón que llega nadandoy lo esconde en su barco, creyendo la historia que este le cuenta. Poco a poco, en un entorno hostil, se va acercando cada vez más al polizón, a su copartícipe hasta que acaba convirtiéndolo en su alter ego.  La soledad y la incomprensión, las dudas del capitán se nos van desvelando al tiempo que los dos hombres van intimando hasta que el capitán siente que sus destinos están ligados y enfrentándose a su tripulación, le facilita una salida, una escapada a nuevas tierras.

Es un texto muy simbólico, maravillosamente escrito, que engancha y que se lee en algo más de una hora... Buena literatura...

Y algo de música en francés, con Carla Bruni en Quelqu´un m´a dit para unos días de otoño en París...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Boletus, setas en noviembre

Nos gustan las setas!
Boletus, níscalos... otoño con lluvías, noviembre de setas.


Compré Boletus edulis, en el mercado de la calle Torrijos y me las preparé a la plancha, de forma sencilla, mientras calentaba la comida del sábado. Mercado y cocina en el día, sabores sin días de nevera.

Boletus a la plancha.
Se pone aceite a calentar en una sartén con unos ajos y un poco de cebolla picados muy finos, se añaden los trozos de boletus cortados y limpios (a mi me gustan gruesos) y se saltean en la sartén unos minutos hasta que cogen un color amarillento... Se añade sal gorda y pimienta y se sirven en el momento.


Y, si quieres hacer algo de cocina creativa con estas setas, entra en 20 formas de preparar boletus, desde helado de setas a boletus con ceps, pasando por un guiso...

Es difícil transmitir optimismo emocional -ya que el económico es imposible- en estos tiempos de crisis, con una a alta tasa de desempleo, con intranquilidad en la sanidad, en la educación, con inseguridad jurídica en algunas cuestiones, con corrupciones y corruptelas... Sin embargo, hay que recuperar la solidaridad, el optimismo, la capacidad de aprender y de hacer cosas nuevas en medio de todo: resurgir, renacer, reinventarse...

Si son tiempos difíciles para el optimismo, si debemos empeñarnos en la moderación y en la tranquilidad.

Tranquilidad en el otoño, días de barro y cocina, sonidos de jazz y bossa nova, con  Sabrina Malheiros en Cade Voce de fondo, por ejemplo, los amigos Alice y Jaime hacen un mercadillo de pintura y cerámica para los amigos en su casa... un momento agradable para pasar un rato con gente interesante y tomar una cerveza! Además, adoro los peces-bandeja de Alice, son maravillosos, llenos de fuerza en color y en textura, como ella...




Un crimen secundario, de Marcelo Birmajer

De los grandes maestros de lo que se llamó el boom de la literatura hispano-américana nos quedaron el lenguaje literario más cercano al habla, algo de realismo mágico y unas obras literarias maestras de las que se siguen leyendo años y años después en todo el mundo. Revolucionaron el panorama literario "en español", víctima de la censura y de la pobreza cultural y tuvieron una enorme influencia, no sólo en escritores hispanoamericanos y españoles sino también en anglosajones y en todo el mundo literario en general...

Andaba buscando algo más actual, quería encontrar nuevos escritores que ahora escriben al otro lado del charco pero que son cercanos y publican a la vez allí y aquí... tenía algunos nombres, de gente joven de allí, que nacieron en los años 60 y que herederos de los grandes del boom, no se sintieron acomplejados bajo su sombra: Fernando Iwasaki, Jorge Volpi, Lilián Pallares, Santiago Roncaliolo o Andres Neman, entre otros.



Sin embargo, conocí el otro día a Hector Abad Facciolince, de quién había leído tres libros y a Marcelo Birmajer, de quien no había leído una letra, así que condicionada por este último hecho, compré por Internet un pequeño libro digital de Birmajer, "Un crimen secundario"  que es un pequeño cuento para adolescentes... directo, bien escrito y entretenido pero sin más...  Es un cuento para niños bien escrito, en 1994 (eso si) y sin pretensiones, que no me ha entusiasmado, pero el autor creo que merece algo más de atención y buscaré una obra más interesante!



Sobre el autor: Me pareció él interesante y puedes leer este divertido artículo en el que el autor saca temas relacionados con como "La impotencia puede ser un arma contra la seducción". Humor, siempre el humor... O en este entrevista en la TV argentina, Palabras, más que palabras...

Como dijo Oscar Wilde, No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo

Autores jóvenes... buscar, investigar, creer en ellos y comprar sus libros!
Crear, respetar la creatividad...



domingo, 11 de noviembre de 2012

Todo es silencio, de Manuel Rivas ... y Rita Souling y Rosa Muñoz

No es sólo literatura o cocina, es la enorme creatividad que tenemos a nuestro alrededor en estos momentos: en fotografía, en música, en arte. Amigos apostando por sus talentos, apostando por exponer y exponerse...En un mundo material y en crisis también aparecen con fuerza la creatividad y el talento de quienes tienen cosas que decirnos a los demás.

Rosa Muñoz: Serie Paisajes del Futuro. Nº 24. 2011

A mi alrededor amigos creando, arriesgando, exponiéndose con sus obras, sus canciones, su interpretación del mundo. Y así sucede en la interpretación de Rita Souling Band (está ya en facebook), un grupo que empieza aunque lo que comienza es su lanzamiento profesional porque la trayectoria musical  de Rita y otros miembros de su banda, es ya larga. Podéis escuchar esta versión limpia y maravillosa de Straighten up and Fly Right ... esperamos concierto y disco!

Y está Rosa Muñoz, (puedes ver su obra) una gran artista en el campo de la fotografía, con un mirada muy personal y ella, tan auténtica en su forma de ser y a la vez, tan fuerte e íntima en su expresión artísticaque ha inaugurado exposición,  Memorias Construidas en el CEART, en Fuenlabrada. Esta, que he incluído a la izquierda, es una de las fotos de etapas anteriores pero que a mi, personalmente, me fascina (foto hecha por mi BBerry, sorry Rosa!)... los libros en una libreria art déco, en medio del bosque... foto llena de emociones para mi, con la luz dentro y la luz fuera, las hojas de los libros y las hojas de los árboles.
El talento de los que nos rodean y las herencias recibidas por otros autores con talento universal, como Mario Vargas Llosa a quien tuve el enorme placer de oír el pasado lunes en Casa América en la conferencia inaugural del Congreso El canon del boom, una conferencia sobre la amistad y la escritura entre los distintos escritores del boom, con sus luces y sombras! Una ponencia personal, íntima y un lujo para los que le escuchamos. 

Y apunto, de oídas, algo que me gustó mucho que dijo ese día Vargas LLosa, que la literatura hace que, de alguna manera, la vida nos parezca mejor. Y, eso es lo que nos convierte en lectores apasionados, buscando nuevos autores, nuevas lecturas, buscando... emociones, inteligencia, complicidades... ¿Qué buscamos en los libros? ¿Qué buscamos en el arte?

Y en esta semana de creadores y de talento creativo, vuelvo al libro que he leído y que es el objeto de esta reseña, Todo es silencio. novela que también se hizo película, como la lectura anterior de Chandler.

Es un libro fácil de leer, con una estructura precisa y unos personajes cercanos, poéticos, duros y claramente enmarcados en la realidad social de la Galicia del contrabando que marco una época y de la que el autor es
gran conocedor.

El conjunto de personajes principales, con los tres chicos, Fins, Leda y Brinco así como con el contraste de Mariscal, al narcotraficante y cacique, que maneja los hilos de los que pasa en el pueblo y en la zona, nos ofrece una historia dramática en la que el destino juega un papel evidente, macando a dichos personajes.  El destino de los chicos está marcado por sus propias relaciones, por sus antecedentes familiares y por el entorno, principalmente, por Mariscal (el nombre del personaje ya es una clave evidente de su rol).

Sin embargo, es la propia Galicia, el marco en el que suceden los hechos, con su misterio y su decadencia, con una forma compartida de la que se convierte en otro de los aspectos más interesantes de la novela, con una dimensión sociológica que es la que más me ha interesado.

El contrabando y la violencia se apoderan de los
protagonistas como una parte más de su crecimiento personal, de hacerse mayores, de incorporarse al mundo que les rodea... Es la tragedia de una pequeña parte de una generación que "normalizó" lo que nunca hubiera debido parecer normal.

La novela es dura pero al mismo tiempo transmite ternura y eso sólo lo consigue un escritor que domina el lenguaje y domina los tonos narrativos.

Quería leer escritores españoles actuales y me decanté por Rivas, de quién hasta la fecha sólo había leído sus artículos y ninguna de sus novelas, además de ver la película, La lengua de las mariposas, poética y tierna también. Creo que repetiré y leeré sus cuentos...

Estofado de pierna de cordero


No tengo foto propia del estofado de cordero que disfrutamos el viernes, fiesta en Madrid, día de la Almudena, una salsa pa´mojar... Un plato de invierno, de los que reconfortan el cuerpo.



Imagen tomada prestada de: http://www.todareceta.es/b/como-hacer-un-preparado-de-carne-guisada.html

Ingredientes:

- 1 pierna de cordero recental cortada en trozos medianos,
- 1 vaso de vino blanco,
- 3 zanahorias,
- 1 cebolleta,
- 5 tomates naturales,
- 3 ajos,
- laurel,
- sal y pimienta


Se enharinan los trozos de cordero y se marcan un poco en la sartén o en la cazuela con un poco de aceite y un ajo. Se tienen que mover constantemente para que no se peguen, se sacan y se reservan.

En la cazuela se pone un fondo de aceite a calentar con los ajos pelados y cortados en rodajas finas. Se añaden la cebolleta y las zanahorias para que se vayan pochando a fuego moderado. Mientras, se pelan los tomates y se cortan en trozos, machacando lo más posible spara que hagan salsa. Se añaden los tomates con su jugo y se remueve bien la cazuela, cuando se ha ligado todos, se añaden los trozos del cordero, se echa el vaso de vino, el laurel, se salpimenta y se deja cocer todo a fuego medio. Hay que probarlo y rectificar de sal y de hierbas al gusto, se deja cocer unos 30-40 minutos.

Madrid nos mata, idas y venidas, el frío de noviembre, un mes duro para ancianos y enfermos... llegar al invierno donde todo se aletarga pero mientras tanto, seguimos con un otoño gris, duro, lleno de malas noticias laborales, sumidos en huelgas y crisis... Ojalá que conservemos la perspectiva suficiente...


Pongamos que hablamos de Madrid, un clásico en versión del propio autor, Antonio Flores.  Madrid me permite conocer a gente fascinante esta semana, a Hector Abad Facciolinces, a Marcelo Birmajer, a Ania, a Almudena y a Josemi...  Semana de literatura, fotografía y arte.


domingo, 4 de noviembre de 2012

Adios muñeca, de Raymond Chandler

"Y si tratamos de ser felices, aunque sólo sea para dar ejemplo..." como dijo el actor Jean-Louis Trintignant no hace mucho, al recoger la Palma de Oro en Cannes.

Robert Mitchum en Adios MuñecaNovela magistral de género, un gran clásico de los años 40, "Farewell, My lovely" mientras escuchamos a Billie Holiday en Lets do it (lets Fall in Love) de Cole Porter 1941. Novela que se convirtió en película de cine negro con Robert Mitchum haciendo del detective Marlowe.

Y es el gran Marlowe el personaje que no sólo nos conduce a lo largo de la trama sino que nos seduce con su personalidad solitaria y conmovedora. Hombre cínico y bebedor, sin compromisos, sin lastres ni cadenas... Sólo el alcohol, es un bebedor de whisky, bebida literaria de nuestros tiempos, que le proporciona la distancia y el cinismo necesarios para que nos quedemos a su lado en el deambular que abarca desde una búsqueda convencional para un detective de una mujer desaparecida hasta los bajos fondos de una ciudad que se muestra en todo el esplendor de la corrupción.

Y es esa corrupción que comprende a policías, políticos y otros hombres del poder económico la que configura un trasfondo crítico y brutal de la sociedad de la época, de la ciudad de Los Angeles de los años 40 y de su área de influencia.

Un detective con personalidad, en una ciudad corrupta, con una trama compleja y bien entrelazada que se mueve al compás de un coro de personajes secundarios fantásticos, con un papel claro y con unas características siempre muy propias del género negro: una chica joven prendada del detective que quiere colaborar, un policía simplón, un bribón (Moose Malloy) que es manipulado, una rubia desaparecida, una rubia rica y golfa, unos policías ambiguos... Todos ellos descritos por sus diálogos y por sus actos en la trama.

Trama que comienza con la búsqueda de Velma, la chica desaparecida de un gánster de poca monta, Malloy, cuando sale de la cárcel y se va complicando con el descubrimiento de una banda que roba joyas a mujeres adineradas y que avanza hacia la extorsión y el juego con la participación de personajes poderosos de la sociedad. Todo ello hace que la novela siga siendo moderna y actual por cuanto la corrupción y la extorsión siguen en las páginas de los periódicos a diario y aparecen personajes que no nos son ajenos: videntes, gigolós, artistas con ansias de fama...

Gran novela para un fin de semana largo, lluvioso y casero... de libro y manta en el sofá!

Un paseo por Londres, ese sitio tan lleno de energía que es Picadilly, un lujo en cualquier momento, siempre  Londres, esa ciudad increible... esas cosas que nos ayudan a simular que somos felices, que podemos ser felices al menos por un rato...






Rape a la gallega

Con la costa lucense al fondo de la playa de Las Catedrales... recordamos el sabor a Galicia con un rape fresco recién cortado que es un trozo de mar.


Ingredientes (para cuatro):

1 kg de rape en rodajas,
1 kg. de patatas nuevas,
una cabeza de ajos,
1 cucharadita de pimentón, dulce y picante,
laurel, sal y pimienta.
1 chorro de vinagre.









En una cazuela grande se ponen a cocer las patatas, cortadas en rodajas gruesas con abundante agua, sal, pimienta, laurel y un chorretón de aceite. Cuando estén casi cocidas, se meten en el mismo agua -con una espumadera y con cuidado de no romper las rodajas- el rape. Se dejan cocer unos 5 minutos, junto con las patatas. Se saca todo y se coloca en una fuente con un poco del caldo de cocción.

En una sartén con aceite se ponen a freír los ajos, cortados en finas rodajas. Cuando estén doraditos, se aparta del fuego y se añade el pimentón mezclado, se remueve bien y, al final, lejos del fuego, se echa un chorrito de vinagre en la sartén y se remueve bien... Se echa esta mezcla sobre el rape y las patatas y ya está 
listo para servir.

Fácil de hacer y rápido, muy sabroso si la materia prima es buena y se coge el punto del pimentón... En Madrid ya ha nevado y las cenas en casa son bienvenidas cuando llega el frío y más aún en tiempos de crisis como el que vivimos...


... y aprovechamos estos días de frío para hacer barro y volver al barro, cocinar, modelar, tornear, cocer... todo es parte de lo mismo, de una búsqueda por encontrar la calma y por aceptar la vida, sin más... tal como viene. cenas de charlas compartidas, fríos que se quedan fuera de la casa... aromas en la cocina que os dan calor...

Y... barro negro como negro es el fin de semana en el que mueren 4 jóvenes en una macro-fiesta que no debería acabar así. Es muy difícil expresar la tristeza y la conmoción por la tragedia sin sentido del miércoles 30 de octubre y por la muerte inexplicable de estas chicas, que quedaron atrapadas entre la mutlitud: Katia, Cristina, Rocío y Belén. Que no se queden en el olvido vuestros nombres, aplastados por los acontecimientos de los próximos días, que nos sirva a todos de reflexión sobre la diversión con sentido común, sin desfases... Es imposible decir nada, solo un pequeño recuerdo a estas chicas que ya no están con una canción en su memoria... Goodbye my lover, de James Blunt . Todos estábamos allí esa noche, todos conocemos a alguien que estuvo allí...todos somos Katia y Cristina y Rocío y Belén...



domingo, 21 de octubre de 2012

Pietr,el Letón (Los casos de Maigret), de George Simenon

El libro justo en el momento justo!


A veces se produce esa casualidad que consiste en que la lectura y el estado de ánimo están perfectamente sintonizados... De algún modo necesitaba que el universo conspirará un poco a mi favor y me encontrará yo de bruces con este libro el otro día... Una buena novela negra o una novela policíaca, de las clásicas, para desengrasar y dejar atrás diez días de nubes negras en la cabeza, un comisario Maigret del que había oído hablar pero al que todavía no me había encontrado....

He disfrutado con esta novela y si tuviera otra de Maigret en mis manos, ahora mismo la empezaba.

Es una novela de género, bien escrita y mejor estructurada aún en la trama. A lo largo de unas páginas muy bien escritas y muy ágiles en su lectura, ta va guiando por un argumento policíaco en el que te deja entrever parte de la solución pero siempre se conserva el misterio siempre falta algo por conocer. La novela basa gran parte del argumento en las duplicidades de los personajes: un asesino con dos caras, un cómplice con doble vida, dos mujeres en la vida de un mismo hombre.. Las cosas, las personas, todas tienen su reverso...

Y, como protagonista indiscutible, un inspector de policía francés, el comisario Maigret, del que bastan pocas líneas para definirlo y para dar al lector una idea muy precisa tanto de su imponente físico como de su fortaleza de carácter. Vuelve a ser una constante de la buena novela negra, los personajes se describen por los diálogos y por como actúan en la narración, apenas hay descripción. Maigret es un personaje con fuerza, que nace con esta novela y que se irá fortaleciendo y agrandando en otras muchas...

No puedo olvidar la ciudad como telón de fondo, como parte de la trama, las ciudades que habitan en una misma ciudad, el mundo de la noche y el hotel de día, los barrios con sus ambientes y las estaciones de tren van perfilando un París complejo que es donde se teje la trama.



Con ganas de visitar París en unas semanas, paseo por la Gran Vía de Madrid en un día lluvioso, la energía vital que transmite la Gran Vía aún en domingo por la mañana: vitalidad, fuerza, cargar las pilas para la semana!  Y un buen rato en La Casa del Libro, que sigue siendo ese lugar mágico en el que perder las horas buscando lo que ya conoces y descubriendo nuevos títulos... Un edificio precioso y bien conservado!




Y en el iPad suena la voz de mi amiga Constanza en un tango con una letra preciosa, "Tu y yo no somos tu y yo sino dos locos inconscientes..."  de la película Inconscientes, tango compuesto por Sergio Moure ...


Tarta fría"la Corralada", de nata y coco

... así la llamamos en mi casa porque es, más bien era, la tarta de la casa del restaurante La Corralada en Madrid y cuya dueña dio la receta  a mi madre hace ya muuuchos años, tantas veces hecha, tantas veces disfrutada...

Postres con sabor a infancia y canciones de jazz con sabor a nostalgia como esta maravillosa canción de Melody Gardot, Baby I´m a fool que acompaña en una tarde lluviosa de domingo. Cada día me gusta más esta cantante!

Ingredientes:

  • Un paquete de galletes maría,
  • una tarrina de nata montada,
  • mermelada de fresa,
  • un paquete de coco rallado,
  • leche con unas gotas de coñac o ron,
  • unas fresas para adornar.

Es una tarta a capas, que se deja enfriar y se sirve.
Muy fácil de hacer!



Se mojan las galletas en un plato hondo con la leche con unas gotas de ron y se va haciendo una capa en la base del molde, cuando ya está hecha, se añade una capa fina de mermelada de fresa y encima, una de nata montada... se vuelve a empezar con una segunda capa de cada ingrediente y en el mismo orden, galletas, mermelada y nata. En esta segunda capa, la de nata se hace más gruesa y encima se le añade abundante coco rallado. Al final se cortan unas fresas y se adorna...
Se conserva en el congelador y se saca una hora antes de consumir para que esté en su punto.


Otoño de girasoles, llenar de flores y plantas la casa para el invierno, encender la chimenea en casa de Eva, un café a media tarde después de un paseo... pequeñas cosas que nos da la vida... La cocina y los libros!


domingo, 14 de octubre de 2012

Magdalenas de colores, de chocolate y fresa




No volveré a ser joven
(“Poemas póstumos” 1968)
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

(Jaime Gil de Biedma)



Las magdalenas nunca salen iguales ni saben de la misma forma... cada vez que hacemos magdalenas, el sabor será distinto por la cantidad de mantequilla, por el azúcar, por el toque del horno... hacer magdalenas tiene la incertidumbre del cómo saldrán esta vez. Escuchar música de The Coors, como esta canción Only when I sleep mientras removemos la masa, charlando en la cocina... Esos momentos que nos devlelven la paz cuando sabemos disfrutar el momento, el aquí y el ahora, sin más...





Ingredientes para 12 unidades
  • 8 cucharadas de mantequilla, 
  • 110 gr de azúcar, 
  • 2 huevos, 
  • 1 cucharada de leche, 
  • unas gotas de extracto de vainilla, 
  • 175 gr. de harina.



Se echa en un cuenco la mantequilla derretida con el azúcar y se bate bien. Se añaden la leche, el extracto de vainilla y los huevos y, por último, la harina. Se bate bien con las varillas y se reparte en los moldes. Se hornean unos 15 minutos en horno pre-calentado, a 200 grados. Cuando estén doradas las magdalenas, se sacan del horno.

Ingredientes para la cobertura:
  • 6 cucharadas de mantequilla,
  • 175 gr. de azúcar glasé,
  • A) colorante rosa + mermelada de fresa,
  • B) chocolate fundido.

Se bate la mantequilla con el azúcar en un bol. Se reparte en dos partes, una para la cobertura de fresa (A) y otra para la de chocolate (B).

Cuando las magdalenas se hayan enfriado, se decoran con la cobertura con una manga pastelera.

Marta poniendo el topping de fresa con la manga pastelera:







"But it's only when I sleep, aaaaaaa 

Got me spinning round and round 
Turning upside (down) 

Up to the sky 
Where angels fly 
I'll never die 
Hawaiian High 
But it's only when I sleep. "





Los hermanos Rajk,de Duncan Shiels

En mi mesilla, un drama sobre la historia de Hungría... que sigo leyendo a pasos muyyyy lentos, quizá porque necesito desatascar un poco con novela negra, con algo más ligero.

Lectura en la mesilla, mientras leo otros libros, eso si, con una canción en la cabeza, Desiree, de Ryan Adams para este libro...



Es la historia de dos hermanos con distinta adscripción política, en la Hungría moderna,... con sus luchas, enfrentamientos, ...

... y, mientras tanto, esmaltes azules y rojos que salen del horno!

lunes, 1 de octubre de 2012

Crepes de Marta, con crema pastelera

Hay días en los que hay que parar porque la cabeza y el cuerpo necesitan descansar así que hoy la receta se la debo a mi hija Marta, infatigable en la vida y en la cocina que, el otro día, nos hizo unos crepes para relajar de los estudios de los que disfrutamos para cenar y para desayunar al día siguiente!

Crepes de Marta con crema pastelera

Ingredientes:
  • 200gr de harina
  • 1 vaso de leche (250ml)
  • 2 huevos
  • 3 cucharadas de azucar
  • Una pizca de sal
  • Una cucharada de matenquilla

Ingredientes de la crema pastelera o natillas:
  • 1/2 litro de leche
  • 150 gr de azúcar
  • 5 gr de maizena
  • 2 yemas de huevo

Preparación:
Se derrite la mantequilla en el microondas. A continuación se mezclan todos los ingredientes en un bol y se baten con unas varillas eléctricas hasta que quede una masa homogénea. Se deja reposar unos 20 mins.  Una vez reposada la masa se calienta una sartén con un poco de mantequilla y se van haciendo los crepes.

Preparación de las natillas :
Se pone la leche a hervir. En otro cazo se mezclan las yemas la maizena y el azúcar con un poco e leche fría para que se disuelva bien. Cuando la leche está hirviendo se le echa la mezcla anterior y se remueve constantemente hasta que espese.

Tarde de sábado de esmaltes y domingo de cocción... nunca sabemos cómo van a salir las piezas esmaltadas hasta que abrimos el horno... You never know, que toca Jeff Beck con sus solos de guitarra rockera a quien pude ver hace un par de años en concierto.

Antes de la cocción con esmaltes:

Después de la cocción con esmaltes: 


Cocinar, hacer barro, esmaltar, esperar a que el horno se enfríe para ver los resultados... hacer las cosas de forma consciente, aquí y ahora, dar importancia a las pequeñas cosas de la vida, disfrutar en la cocina, disfrutar creando...


domingo, 30 de septiembre de 2012

"El colombre", cuento de Dino Buzzati


Comparto un regalo que me han hecho... una lectura breve para antes de acostarse! Y para que aprendamos a reconocer las ironías del destino sin permitir que se nos haga tarde para cumplir nuestros sueños...


El colombre

"Cuando Stefano Roi cumplió los doce años, pidió como regalo a su padre, capitán
de barco y patrón de un bonito velero, que lo llevase consigo a bordo.
—Cuando sea mayor —dijo—, quiero navegar por los mares como tú. Y mandaré
barcos todavía más bonitos y grandes que el tuyo.
—Dios te bendiga, hijo mío —respondió su padre. Y como justamente aquel día su
carguero debía partir, se llevó al chico consigo.
Era un espléndido día de sol; el mar estaba tranquilo. Stefano, que nunca había
subido al barco, paseaba feliz por cubierta admirando las complicadas maniobras del
aparejo. Y preguntaba esto y lo otro a los marineros, que, sonriendo, se lo explicaban
todo.
Cuando fue a parar a la toldilla, el chico, picado por la curiosidad, se detuvo a
observar una cosa que salía intermitentemente a la superficie a una distancia de unos
doscientos o trescientos metros, allí donde estaba la estela de la nave.
Aunque el carguero volara ya, empujado por un magnífico viento de popa, aquella
cosa mantenía siempre la misma distancia. Y, aunque él no comprendía su naturaleza,
tenía algo indefinible que lo atraía intensamente.
Al dejar de ver a Stefano por allí, su padre, después de haberlo llamado a grandes
voces en vano, abandonó el puente y fue a buscarlo.
—Stefano, ¿qué haces ahí plantado? —le preguntó al verlo finalmente en la popa,
de pie, absorto en las olas.
—Ven a ver, papá.
El padre acudió y miró también en la dirección que le indicaba el muchacho, pero
no alcanzó a ver nada.
—Es una cosa oscura que asoma cada tanto de la estela —dijo—, y que nos sigue.
—A pesar de mis cuarenta años —dijo su padre—, creo tener todavía buena vista.
Pero no veo nada en absoluto.
Como su hijo insistiera, fue en busca del catalejo y exploró la superficie del mar allí
donde estaba la estela. Stefano lo vio ponerse pálido.
—¿Qué es? ¿Por qué pones esa cara?
—Ojalá no te hubiera escuchado —exclamó el capitán—. Ahora temo por ti. Eso
que has visto asomar de las aguas y que nos sigue no es una cosa. Es un colombre. Es el
pez que los marineros temen más que ningún otro en todos los mares del mundo. Es un
escualo terrible y misterioso, más astuto que el hombre. Por motivos que quizá nunca
nadie sabrá, escoge a su víctima y, una vez que lo ha hecho, la sigue años y años, la vida
entera, hasta que consigue devorarla. Y lo más curioso es esto: que nadie puede verlo si
no es la propia víctima y las personas de su misma sangre.
—¿Y no es una leyenda?
—No. Yo nunca lo había visto. Pero como lo he oído describir tantas veces, en
seguida lo he reconocido. Ese hocico de bisonte, esa boca que se abre y se cierra sin
cesar, esos dientes espantosos... Stefano, no hay duda, desgraciadamente el colombre te
ha elegido y mientras andes por el mar no te dará tregua. Escucha: vamos a volver ahora
mismo a tierra, tú desembarcarás y nunca más te separarás de la orilla por ningún
motivo. Tienes que prometérmelo. El trabajo del mar no es para ti, hijo mío. Tienes que
resignarte. Por otra parte, en tierra también podrás hacer fortuna.
Dicho esto, hizo invertir el rumbo inmediatamente, volvió a puerto y, con el
pretexto de una inesperada indisposición, desembarcó a su hijo. Luego volvió a partir
sin él.
Profundamente agitado, el muchacho permaneció en la orilla hasta que la última
punta de la arboladura se sumergió detrás del horizonte. Más allá del muelle que cerraba
el puerto, el mar quedó completamente desierto. Pero, aguzando la vista, Stefano
alcanzó a distinguir un puntito negro que aparecía intermitentemente sobre las aguas:
era «su» colombre, que iba lentamente de aquí para allá, empeñado en esperarlo.
Desde entonces se emplearon todos los recursos posibles para alejar al muchacho
del deseo del mar. Su padre lo mandó a estudiar a una ciudad del interior distante
centenares de kilómetros. Y durante algún tiempo, distraído por su nuevo ambiente,
Stefano dejó de pensar en el monstruo marino. Sin embargo, cuando en las vacaciones
de verano volvió a casa, lo primero que hizo en cuanto dispuso de un minuto libre fue
apresurarse a ir a la punta del muelle para hacer una especie de comprobación aunque
en el fondo lo considerase superfluo. Aun admitiendo que toda la historia que le contara
su padre fuera verdadera, después de tanto tiempo el colombre sin duda habría
renunciado a su asedio.
Pero Stefano se quedó allí parado, con el corazón desbocado. A unos doscientos o
trescientos metros del muelle, en mar abierto, el siniestro pez iba arriba y abajo con
lentitud, sacando de cuando en cuando el hocico del agua y volviéndolo hacia tierra,
como si mirase ansiosamente si Stefano Roi aparecía por fin.
De esta suerte, la idea de aquella criatura enemiga que lo esperaba noche y día se
convirtió para Stefano en una secreta obsesión. E incluso en la lejana ciudad le ocurría
despertarse en plena noche víctima de la inquietud. Estaba a salvo, sí, centenares de
kilómetros lo separaban del colombre. Y, sin embargo, sabía que más allá de las
montañas, más allá de los bosques, más allá de las llanuras, el escualo lo aguardaba. Y
que, aunque se trasladara al continente más remoto, el colombre se apostaría en el
espejo del mar más cercano con la inexorable obstinación de los instrumentos del
destino.
Stefano, que era un muchacho serio y diligente, continuó sus estudios con provecho
y apenas fue un hombre encontró un empleo digno y bien remunerado en un almacén de
la ciudad. Mientras tanto, su padre murió víctima de una enfermedad. Su viuda vendió
su magnífico velero y el hijo se halló en posesión de una discreta fortuna. El trabajo, las
amistades, las distracciones, los primeros amores: ahora Stefano se había hecho ya su
vida, pero, a pesar de todo, el pensamiento del colombre lo perseguía como un
espejismo a la vez funesto y fascinante; y, con el paso de los días, en vez de
desvanecerse, parecía hacerse más insistente.
Grandes son las satisfacciones de la vida laboriosa, holgada y tranquila, pero aún
mayor es la atracción del abismo. Apenas había cumplido Stefano veintidós años
cuando, tras despedirse de sus amigos y abandonar su empleo, volvió a su ciudad natal y
comunicó a su madre su firme intención de seguir el oficio paterno. La mujer, a quien
Stefano jamás había hecho mención del misterioso escualo, acogió con júbilo su
decisión. En el fondo de su corazón, que su hijo hubiera abandonado el mar por la
ciudad siempre le había parecido una puñalada a las tradiciones de la familia.
Y Stefano comenzó a navegar, dando prueba de dotes marineras, de resistencia a las
fatigas, de ánimo intrépido. Navegaba, navegaba y en la estela de su carguero, de día y
de noche, con bonanza y con tempestad, se afanaba el colombre. Él sabía que aquella
era su maldición y su condena, pero quizá por eso mismo no tenía fuerzas para apartarse
de ella. Y a bordo nadie veía el monstruo excepto él.
—¿No ven nada por allí? —preguntaba de cuando en cuando a sus compañeros
señalando la estela.
—No, no vemos nada. ¿Por qué?
—No sé. Me parecía...
—¿No habrás visto por casualidad un colombre? —decían ellos entre risas al
tiempo que tocaban madera.
—¿De qué se ríen? ¿Por qué tocaban madera?
—Porque el colombre es un bicho que no perdona. Y si se pusiera a seguir a esta
nave, eso querría decir que uno de nosotros estaba perdido.
Pero Stefano no cedía. La constante amenaza que iba en pos de él parecía más bien
multiplicar su voluntad, su pasión por el mar, su arrojo en los momentos de fatiga y
peligro.
Una vez se sintió dueño del oficio, con el pequeño caudal que le había dejado su
padre adquirió junto con un socio un pequeño vapor de carga, luego se hizo su único
propietario y, gracias a una serie de travesías afortunadas, pudo a continuación comprar
un verdadero buque mercante y apuntar a metas cada vez más ambiciosas. Pero los
éxitos, los millones, no conseguían apartar de su ánimo aquel continuo tormento; y
nunca, por otra parte, se le pasó por la cabeza vender y retirarse a tierra para emprender
negocios distintos.
Navegar, navegar, ése era su único afán. Apenas ponía pie en cualquier puerto
después de largas travesías, en seguida lo espoleaba la impaciencia por partir. Sabía que
allá lo esperaba el colombre y que el colombre era sinónimo de perdición. Era inútil. Un
impulso indomable lo arrastraba de un océano a otro sin descanso.
Hasta que de pronto un día Stefano reparó en que se había hecho viejo, viejísimo; y
ninguno de los que lo rodeaban sabía explicarse por qué, siendo rico como era, no
dejaba por fin la azarosa vida del mar. Viejo, y amargamente infeliz, porque toda su
existencia se había gastado en aquella especie de loca fuga a través de los mares para
escapar de su enemigo. Pero para él siempre había sido más fuerte que la dicha de una
vida holgada y tranquila la tentación del abismo.
Y una tarde, mientras su magnífica nave se hallaba fondeada frente al puerto donde
había nacido, se sintió próximo a morir. Entonces llamó a su segundo oficial, en quien
tenía mucha confianza, y le instó a que no se opusiera a lo que pensaba hacer. El otro se
lo prometió por su honor.
Una vez seguro de esto, Stefano reveló al segundo oficial, que lo escuchaba
turbado, la historia del colombre que durante casi cincuenta años lo había seguido sin
cesar inútilmente.
—Me ha seguido de un confín a otro del mundo —dijo— con una fidelidad que ni
el amigo más noble habría podido mostrar. Ahora me voy a morir. También él, ahora,
estará terriblemente viejo y cansado. No puedo traicionarlo.
Dicho esto, se despidió, hizo arriar un bote y, después de hacer que le dieran un
arpón, partió.
—Ahora voy a su encuentro —anunció—. Es justo que no lo defraude. Pero lucharé
con las fuerzas que me quedan.
Con débiles golpes de remo se alejó del barco. Oficiales y marineros lo vieron
desaparecer a lo lejos, sobre el plácido mar, envuelto en las sombras de la noche. En el
cielo, como una hoz, lucía la luna.
No tuvo que esforzarse mucho. Súbitamente, el horrible hocico del colombre
emergió al lado de la barca.
—Aquí me tienes por fin —dijo Stefano—. ¡Ahora es cosa nuestra!
Y, reuniendo sus últimas energías, levantó el arpón para lanzarlo.
—Ah —se quejó con voz suplicante el colombre—, qué largo camino hasta
encontrarte. También yo estoy destrozado por la fatiga. Cuánto me has hecho nadar. Y
tú huías, huías. Y nunca has comprendido nada.
—¿Por qué? —dijo Stefano picado en su orgullo.
—Porque no te he seguido por todo el mundo para devorarte, como tú pensabas. El
único encargo que me dio el rey del mar fue entregarte esto.
Y el escualo sacó la lengua, tendiendo al viejo capitán una esfera fosforescente.
Stefano la cogió entre los dedos y miró. Era una perla de tamaño desmesurado.
Reconoció en ella la famosa Perla del Mar que procura a quien la posee fortuna, poder,
amor y paz de espíritu. Pero ahora era ya demasiado tarde.
—Ay de mí —dijo meneando tristemente la cabeza—. Qué horrible malentendido.
Lo único que he conseguido es desperdiciar mi existencia; y he arruinado la tuya.
—Adiós, hombre infeliz —respondió el colombre. Y se sumergió en las aguas
negras para siempre.
Dos meses más tarde, empujado por la resaca, un bote arribó a una áspera escollera.
Fue avistado por algunos pescadores que, movidos por la curiosidad, se acercaron. En el
bote, todavía sentado, había un blanco esqueleto; y, entre sus dedos descarnados,
sujetaba un pequeño guijarro redondo.
El colombre es un pez de grandes dimensiones, espantoso a la vista, sumamente
raro. Dependiendo de los mares y de los pueblos que habitan las orillas, recibe también
el nombre de kolomber, kahloubrha, kalonga, kalu-balu, chalung-gra. Curiosamente, los
naturalistas desconocen su existencia. Hay quien sostiene que no existe."


... que no sea ya demasiado tarde! 
Ain't no Mountain High Enough, maravillosa versión de Marvin Gaye que nos desarma fronteras y barreras...


Migas manchegas en Villarrubia


Migas manchegas en septiembre...


Las migas son una comida humilde y son una comida de compadres, de comadres... como hacemos nosotros cada año en Villarrubia. Esta vez ha sido algo especial porque acabamos la tarde en Almagro, viendo unos Entremeses de Cervantes... Y continuamos el domingo de Romería en Villarrubia de Santiago.
Un fin de semana de campo, Romería, La Mancha, Toledo y, sobre todo, un plan de amigos, de esos que te hacen sentir viva y que te limpian la cabeza...

Se acaba septiembre con una gran luna llena en la noche de San Miguel, ahora ya si que comienza el otoño...

Todos los años por estas fechas, Rosa y Fernando nos juntan a los amigos en la casa familiar de Villarrubia de los Ojos, en  Ciudad Real, para tomar unas buenas migas manchegas.

Las migas nos las hacen Lucía y Dolores, con la gran ayuda de Paqui! A Lucia le pedí permiso para sacarla en este blog y, además, le pedí queme contara como nos hacía las migas.  Así es como me lo contó...
 


"Fríes los ajos en poco aceite y añades las guindillas secas, se añade un poco de agua (no toda) y  un poco de sal cuando el agua hierva. Lo dejas dar unas vueltas para que suelte la sustancia. Se añaden  las migas y se revuelve bien, las migas pueden estar "regadas" o bien se añade más agua  a medida que se hacen. Lo importante es que el fuego sea bueno, a medio gas y que se remuevan constantemente."


"Las migas estan hechas según lo que se tarde en secarlas."
"A fuerza de calor y de moverlas es como se quedan sueltas"
Lucía






Ingredientes:
  • 2 bolsas de migas, de 1 /2 kg cada una,
  • 1 cabeza de ajos,
  • 2 guindillas grandes,
  • Aceite, sal,
  • Agua... la que pida (litro y medio aprox.)

                                                                                         El plato de Xris...

Y en este patio las disfrutamos... a veces las migas, siempre el café, siempre la tertulia...


Lucía, Paqui, y Dolores.... gracias por esas migas, este año hasta con chocolate!



Tarde-noche en Almagro, viendo unos Entremeses Cervantinos en el Corral de Comedias, mejor el sitio que la interpretación... en mi opinión! La plaza de Almagro estaba maravillosa de verde...
habrá que volver en julio para ver su festival de teatro clásico y disfrutar una noche de verano y cañas, como es tradición, el mesón y el teatro...


      ENTREMESES CERVANTINOS:

        "El Vizcaíno fingido"
        "La cueva de Salamanca"
        "El viejo celoso"


"Construido en el siglo XVI con la doble función de mesón y corral de farsa, hoy no ha perdido su calidad de escenario"



Y, terminamos, al día siguiente, de Romería en el Castellar, en Toledo, cerca de Villarrubia de Santiago.

Romería junto al Tajo,con una gran comida de amigos en el campo a la que nos invitaron Paola y Nacho, en casa de Fernando... con unas chuletillas de cordero a la brasa de cena, en compañía de una buena panda de amigos!!