domingo, 27 de noviembre de 2011

Homer y Langley, de E.L. Doctorow

Esta mañana he acabado este magnífico libro del que estuvimos hablando ayer, con pasión, un grupo de amigos. Gracias, Mercedes, por ponerlo encima de la mesa; creo que no sólo es un libro magnífico sino que el autor me va a gustar aún más en otras obras, como Ragtime o El Libro de Daniel.

Hommer y Langley está basado en un hecho real, (Artículo) de esos que, -como dice Almodóvar- demuestran que la realidad siempre supera a la ficción.

Una novela corta y sencilla pero con gran carga emocional, desde el comienzo se adivina o se conoce de antemano el final, que es conmovedor y que narra la relación entre dos hermanos, contada por uno de ellos, Homer, que es ciego y en la que nos va descubriendo su desconexión gradual con el mundo y con la sociedad que les rodean. Un mundo en constante cambio, visto desde la Quinta Avenida de NY, frente a un Central Park, inmutable, que sirve de contrapunto perfecto a los hechos, a la historia en evolución que abarca desde el final de la Primera Guerra Mundial a los años 70. Lo inmutable del parque y el cambio permanente de los episodios de la Historia (con mayúsculas) como marcos de referencia para la descripción de la rebeldía y del aislamiento voluntario de estos estos dos hermanos.


 Desde un punto de vista literario es fantástico ese punto de vista narrativo único, el de Homer; una perspectiva única con un tono uniforme, alejado de emociones intensas...frente a la muerte, a las amenazas o al sexo... que transmiten una inmensa sensación de soledad. Soledad porque no pasa nada, nada,mientras todo pasa: las dos grandes guerras, la persecuión a los judíos, a los japoneses, la guerra de Vietnam, el movimiento hippy; es la sensación de ver la historia pasar de forma ajena a la vida de estos dos hermanos, que permanecen inalterables en su demencia, que no dan un sentido a sus vidas, pase lo que pase, que viven en una realidad paralela.

La primera frase te atrapa, "Soy Homer, el hermano ciego", y la última, "¿Dónde está mi hermano?" te conmueve profundamente. Los hermanos Collyer se ven a si mismos como parte de un todo, como una unidad frente al mundo. "Langley, dije, ¿Yo soy tu sombra? En la oscuridad permanecía atento. Tú eres mi hermano, dijo."Son dos seres extraños a los que se les acaba queriendo, como lector/a, por su rebeldía frente al sistema, por su forma de apegarse a las cosas (aunque sea patológica), por su Ford T instalado en medio del comedor y porque se han creado un mundo propio en una ciudad, en un punto del planeta, que representa el centro del mundo, el centro de la Historia. Quizá si Langley no hubiera vuelto de la guerra tocado, Homer hubiera tenido una oportunidad pero es algo que no se plantea el hermano, que  nos planteamos los espectadores de la demencia y la degradación progresivas...

Los hermanos Collyer, en cuya historia está basada la novela, fueron una noticia periodística muy seguida por los medios en los años 40 en NY y en EEUU, hay fotos fantásticas de ellos y del estado de su casa en  Imágenes de los hermanos Collyer


Y... como el cerebro nos juega extrañas pasadas, me doy cuenta ahora de que estoy escribiendo esta reseña mientras escucho a Bob Dylan en Modern Times. ¿Qué conexión habrán hecho mis neuronas?




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