domingo, 22 de julio de 2012

Eros, de Giovanni Verga



Para los que somos seguidores de la gran novela romántica del XIX inglesa, de las hermanas  Bronte o de Jane Austen, así como de la novela romántica y naturalista española, desde La Regenta, Fortunata y Jacinta y otras obras de Galdos... esta novela italiana es, claramente, una obra de categoría menor, más cerca de la novela de folletín, por la facilidad con la que se adivina el siguiente paso amoroso del protagonista, que de la novela naturalista a lo italiano que pretende ser.

La novela es una lectura fácil y entretenida que no acaba de trascender ni en la carga simbólica de lo narrado (o de sus personajes) ni en sus valores literarios. Nos traslada a una época de amor y lujo, de la gran Europa desocupada en la que la aristocracia italiana se ocupa, poco, del campo del que obtiene las rentas, y vive a lo grande. Y es esa decadencia e intrascendencia de personajes con poca profundidad psicológica lo que más me ha interesado como crítica de un mundo vacío que, en ocasiones, tendemos a reproducir... A la carga amorosa de la novela le falta hondura para funcionar como un elemento del destino que condiciona a los personajes, lo que le situaría más cerca del naturalismo... Es más bien un deambular sentimental sin grandes pasiones (como en Flaubert) y sin grandes contradicciones marcadas por el destino (como en Zola),  ycon poco erotismo, a pesar del título.

En una semana en la que el arte me ha proporcionado mucho más placer que la literatura, visito con Eva la exposición de Hopper de la que disfrutamos un montón.... porque Hopper mira y nos enseña a mirar, con una técnica magistral tanto en el dibujo como en el dominio del color, nos muestra al hombre escondido en la sociedad actual; grandes edificaciones, gasolineras en medio de la nada, carreteras secundarias, casonas abandonadas... Una atmósfera densa, llena de vacíos en los que la figura humana aparece casi siempre sola y, en cualquier caso, transmitiendo una enorme sensación de soledad y desasosiego.

Hopper es más cinematográfico que literario pero siempre juega con las perspectivas, con los puntos de vista de la figura o personaje del cuadro que mira por la ventana al tiempo que el cuadro en si hace de ventana para nosotros, nos asomamos a sus cuadros para obervar, para seguir la mirada del personaje al otro lado de la ventana. Mirar al que mira, observar lo observado.... como en el cine, como en la literatura! ... y siempre cerca de esa música que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas, como la de Melody Garlot, esa maravillosa voz de jazzista, con una interpretación íntima y personal, que acabo de descubrir y de quien ya seré fan incondicional para siempre...

Esta canción en directo, Melody Garlot,Who will confort me, os tiene que encantar a más de uno, seguro!


Biblioteca pública de Bostón, enero 2012.


Una lectura personal y una lectura compartida; otras miradas
Después de la tertulia del viernes... en la que a nuestra propia lectura del libro, se suman otras cosas, como lo que nos aporta la mirada, la reflexión de los otros  (si lo leen, verdad Jesús?) y las lecturas adicionales de otros autores que se van cayendo en las charlas cruzadas....Rescatamos al autor, no por esta obrita menor, sino por serlo de la novela que dió origen al libreto de la opera "Caballería Rusticana", cuyo Intermezzo pusimos en ese momento y que ahora vuelvo a escuchar... (de manos de: Lim Kek-tjiang y la Evergreen Symphony Orchestra)

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