domingo, 11 de marzo de 2012

Blues de Trafalgar, de Jose Luis Rodríguez del Corral

Es una novela negra con clase, muy amena y con un punto de reflexión, que cumple a la perfección con tres de los propósitos del género: lectura entretenida, lección o mensaje moral y relaciones de amor+traición entre los personajes principales.

La lectura se hace sencilla y entretenida desde el comienzo porque no sólo está bien escrita sino que la trama está bien tejida a lo largo de las páginas en el tono y en la relación entre los hechos, distantes en el tiempo 11 años, y en el marco de referencia de una ciudad, Sevilla, referencia vívida y cercana, que busca la complicidad del lector actual y contribuye a la verosimilitud de lo narrado.

La novela contiene un evidente mensaje moral, ejemplarizante, que propone una reflexión final "Sólo queda una pregunta ¿Qué habrías hecho tú...". La fábula moral  habla de cómo ajustamos cuentas con los errores del pasado, de cómo sobrevivimos a sus consecuencias y de cómo traicionamos los ideales de juventud al asumir una vida adulta. Indudablemente, la fábula lo lleva al límite, hay una víctima, un chaval muerto, hay un trasfondo de excesiva ambición y corrupción por parte de tres de los protagonistas y hay cobardía en la huida del principal personaje, Andrés. Sin embargo, los diálogos plantean dudas morales constantes al lector en cuánto a vida e ideales traicionados. Se salva el camello, se salva el periodista que es testigo de la historia pero el resto, incluida la "víctima colateral" están permanentemente cuestionados en sus palabras y con sus acciones.



En esa Sevilla real y reciente, con un pasado ambiguo en cuanto a la corrupción, el crecimiento de la ciudad y las relaciones de poder, (lo que nos hace cómplices a todos como lectores) se entreteje una acción que propone relaciones de amistad y amores traicionados entre los protagonistas, del que el lector se convierte, en ocasiones, en espectador sorprendido.

A pesar de todo, sentimos simpatía por Andrés que se redime por su vida anodina y por tener los escrúpulos que a otros les faltan, el Andrés torpón, que nunca mide las consecuencias de sus actos,  y que aún sigue aprendiendo a vivir con sus errores y su pasado es una persona corriente, es uno de nosotros...

Es el blues del tiempo pasado, es la tristeza de no poder volver atrás, es la aceptación tardía de que tenemos que convivir con los errores que cometimos, es lo que nos transmiten Eric Clapton y Mark Knopfler en "Same Old Blues", que hay recuerdos que duelen pero que es un dolor que también reconforta...como ese solo final de batería de Phil Collins,... menudo blues!!!

Y el pasado nos trae reencuentros con  amigos y colegas, y a eso debo el descubrimiento de esta entretenidísima novela, llena de guiños al lector de una generación, la de los 60, y a Miguel Angel, el hermano del autor. Seguiré la trayectoria de José Luis y compraré alguna otra obra suya... me ha interesado como autor...

Y un recuerdo a la tertulia ayer sobre Houellebecq, lectura de enero y que, sin gustarnos a unos cuantos su lectura, fue una excusa para compartir un buen momento de risas, charlas y sabores compartidos (incluyendo una coca casera, unos embutidos alemanes de Alice y Jaime, una buena cerveza belga de Rocío, unos sandwiches finos, de esos de toda la vida, de Marta y Paco y un delicioso arroz con leche de Jesús y Mercedes), también con Ricardo... aunque echamos de menos a Cristina... hasta la próxima!



4 comentarios:

  1. Los embutidos alemanes los venden en la requetecastiza La Madrileña, en la calle Arenal.

    Estupendo blog. Y me gusta mucho también el sistema de etiquetas al final.

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    1. Gracias Jaime! Espero que sigas visitando el blog de vez en cuando...

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  2. Oye, que a mí sí me gustó la novella de Houellebecq!!! Bss
    Ah y me pronpongo poner al día mi blog de amigos tertulianos. Bss

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    1. Pues rectifico... jaja...Houllebecq, desde luego, crea polémica!
      Bss

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