domingo, 8 de enero de 2012

El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq

Literatura francesa, al fin... la echaba de menos! En medio de un cultivado malditismo (quizá algo pasado de moda) que pone de relieve un gran sentido del vacío existencial y unas enormes ganas de provocar. Culto, inteligente, trágico y hermético, en esta entrevista a Houellebecq, se entiende como la novela es un claro reflejo del propio autor. Houellebecq es lo que es, en sus novelas y en sus entrevistas (o en sus ausencias).


Primera lectura del 2012....
Este libro despierta en sensaciones varias a medida que lo vas leyendo pero no me ha parecido una gran novela, en contra de lo que opina la crítica. Se ve mucho el artificio, pesa más el autor que la historia y lo que promete al principio se convierte en nada al final. El mapa y el territorio es una novela descarnada, triste, musical, con cambios de ritmo constantes, que entretiene y divierte con su sarcasmo, con una galería de personajes que parece se van encontrando y desencontrando por casualidad, que no entretejen sus vidas. Sin embargo, los personajes permanecen en un mundo algo vacío, en un plano de la realidad podría decirse que lejano, diferenciado al del mundo real, lleno de enormes silencios y de soledades.

¿Qué destacaría? El humor inteligente que nos ofrece símbolos e imágenes magníficas: camareros que les recuerdan a curas declamando, pájaros que no son nada junto a perros que suponen un "destino individual", un inspector de policía casado con una profesora de economía con tetas de silicona, un padre arquitecto que fracasó en sus creaciones laberínticas y cedió a la arquitectura utilitarista, una Francia de Guía Michelin que marca los territorios exteriores e interiores a la conciencia del individuo y a la vida.

Es de un narcisismo tremendo (al tiempo que un claro juego narrativo) que el autor sea, a su vez, un personaje relevante en la propia novela; ese juego entre literatura y vida no solo no consigue establecer una trampa entre realidad y ficción -convirtiendo la historia que se narra en la novela en algo más próximo a la realidad- sino que, en este caso, agranda la figura del autor. Este efecto se multiplica con la incorporación de una nueva trama dentro de la novela, como lo es el episodio de novela negra que se introduce en el relato, rompíendo pero sin acabar de darle más verosimilitud. En definitiva, esas técnicas cervantinas que juegan entre el narrador y el escritor o la novela dentro de la novela, no funcionan aquí en favor de la verosimilitud y la cercanía sino que, todo lo contrario, nos alejan aún más de lo que se cuenta y del propio personaje.

Houellebecq es un gran escritor, con capacidades técnicas y literarias enormes pero no me acaba de atrapar porque se ve demasiado el artificio y poco el sentimiento de la historia. En mi opinión, le falta esa gran sensibilidad y el "desgarro" de Amy Winehouse, por ejemplo, es esa maravillosa canción (ojo a la letra), titulada Me and Mr Jones.



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