Al cabo de unos años, me atreví a sacar la sopa de pescado de la isla e incorporarla a mis comidas y cenas, eso si, simplificado a lo que hubiese en la pescadería y a lo que hubiera en el cajón de las verduras de mi nevera... A veces es una sopa ligera de pescado a la que añado fideos, a veces una sopa con mucho marisco y tropezón de pescado y, en pocas ocasiones, a mediodía, es un arros de peix caldoso y consistente, como plato único.
Pero siempre sabe a recuerdos del mar... porque "de vez en cuando la vida...", que diría Serrat
Ingredientes: (de hoy)
- cabeza, raspa y sobras de una merluza (o de otro pescado),
- 1/2 kg. de huesos de rape,
- 100 gr. de gamba arrocera,
- 1 puerro,
- 1 nabo,
- a rama de apio,
- media cebolla,
- 3 ajetes, ajos tiernos
- 2 zanahorias,
- un puñado de tirabeques,
- ajo,
- sal y pimienta,
- perejil y 6-7 almendras crudas.
Se puede hacer en cazuela o en greixonera (cazuela de barro) si no se tiene cocina de inducción. Se pone en una cazuela, un fondo de aceite de oliva con los ajetes tiernos y mientras se van calentando a fuego suave, se van añadiendo el resto de las verduras, lavadas y cortadas en trozos pequeños (como en un caldo de verduras). Se incorpora el pescado, se remueve un poco para que se sofría todo junto y se mezclen bien los sabores de verduras y pescados, entonces se añade un litro y medio de agua, sal, unas bolas de pimienta y, si se quiere, aromatizar, alguna hierba o especia más.
Se deja cocer 20 minutos a fuego medio... se puede añadir un chorrito escaso de vino blanco o de jerez (yo no lo he hecho). Cuando se enfría, se cuela bien el caldo y del resto de peces y gambas... se limpia bien el pescado, se hace trocitos y se añade al caldo (sin verdura).
De esta forma, se puede hacer una sopa clarita con tropezones de pescado y gamba para una cena o se puede añadir un puñado de arroz y, una vez hervido, incorporar la majada de perejil y almendras, arreglando el punto de sal y el de la pimienta.
...De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.
De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.
De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.
(JM Serrat)
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