Desde que estudié la novela realista ... y naturalista del XIX en España, tenía yo como asignatura pendiente leerme estas cartitas de amor, cursilonas y anticuadas, que daban otra imagen de estos dos grandes novelistas que predicaban unas cosas en sus tesis de novela y que luego hacían otras. jajaja... como todos!
Las encontré hace unas semanas en un paseo con Juan y Arancha por la Cuesta de Moyano y me compré el libro con mucha ilusión. Es una lectura de una tarde, ligera, divertida y conmovedora...
Son unas cartas de enorme intimidad y llenas de picardías, los sobrenombres cariñosos hacia Galdós, mino, miquiño, vidiña reflejan una relación que duró muchos y que fue profunda, no sólo en lo amatorio sino también en el enorme respecto literario que se tenían el uno al otro. Es una relación de madurez entre una Condesa recién separada (aunque con una separación discreta) y un soltero Galdós al que le gustaban mucho las faldas y que tuvo una única hija con una mujer analfabeta, Lorenza Cobián.
¿De qué hablan? Como amantes secretos que son se refleja en esta correspondencia epistolar lo mucho que se echan de menos, cómo van a organizar su próximos encuentros cuándo y dónde, comentan temas literarios y familiares y también... de los celos. Si, celos de Galdós cuando se entera por terceros que Emilia ha tenido una aventura con Lázaro Galdiano. A lo que doña Emilia, desde una perspectiva muy moderna, le responde aceptando el romance, sin darle ninguna importancia y rogando su perdón. Para ella el desliz es algo pasajero aunque parece ser que no lo fue para el autor de los Episodios Nacionales que pedía fidelidad sin darla él a cambio. Sorprende pues una Emilia frágil y fuerte a la vez, preocupada por su hijo, por las cosas sencillas, hablando de literatura y buscando todo tipo de claves y triquiñuelas para quedar con su amante a escondidas de los demás.
Sin duda, estos amores influyeron en algunas de las novelas de ambos, como bien nos cuenta en el magnífico prólogo Carmen Bravo Villasante. Prólogo fundamental para entender el contexto del romance pese a que esta filóloga nos deja con las ganas de saber más, porque hay mucho más... y ella lo sabe!
El prólogo despierta las ganas de saber más, conocer mejor un siglo XIX, turbulento en lo político en España, que es también una época apasionante en lo artístico y lo literario; no sólo se escribieron las grandes novelas españolas del realismo en el que la burguesía se convierte en objeto de la novela y en el consumidor al mismo tiempo, sino que también estas novelas dieron lugar a óperas como Pepita Jiménez, de Isaac Albéniz (en esta versión magnífica de Plácido Domingo). Una época en la que se escribieron grandes novelas y en la que la actividad artística era enorme...
Y para conocer a los protagonistas, nada como sus propios retratos. En las fotos observamos a Galdós, gran personalidad en el mundo literario y hombre de carácter pero un hombre fino y seco de cuerpo. Don Benito el Garbancero, como le llamaba Valle Inclán. Emilia es una mujer más bien gruesa y dominante, de fuerte carácter y muy libre.... dos grandes personalidades, con una relación muy curiosa pero moderna también, en la que se combina la pasión y la amistad. ¿Qué les unía y cómo de fuerte esa lo que les unía?
Entre libros y calderos, alimentemos el cuerpo y el espíritu... Removamos el caldero de nuestras vidas; el de los fogones y el de las cosas que nos van pasando. Pasemos las páginas de los libros... nuestras propias páginas y la de nuestros amigos. ¿Por qué... qué cosas nos acompañan en la vida? Un buen plato, una salsita pa´mojar, un novelón, un personaje maravilloso, una historia... Literatura y cocina, que están siempre en nuestras vidas, en las de algunos/as... claro!!
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